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KATE RUSBY (29-4-07)

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bLog Conciertos - Tour 2007

 Con su 6º trabajo bajo el brazo, The girl who couldn’t fly, se presentó en Bilbao (comentó que había estado de compras antes, para lucir un bonito vestido) esta pequeñita pelirroja pero gran cantautora inglesa, que con sólo 31 años ya lleva una extensa carrera, tanto como compositora de sus propios temas como adaptadora de baladas tradicionales del folk inglés (hay vida más allá del folk irlandés).

 

 

Subió al escenario de Euskalduna escoltada por 2 músicos, el multiinstrumentista escocés John McCusker  (Musician of the year 2003 y BBC radio Folk Award, lo que da buena muestra de su categoría profesional) y Andy Cutting, uno de los mejores acoerdonistas diatónicos (con permiso de Kepa Junkera), además de experto chef ( nunca había visto dar recetas de cocina entre canción y canción).

 

Pero merece especial mención la aportación de McCusker, al que 2 espectadoras catalanas habían venido a ver ex profeso, más que a Kate Rusby (opinión que yo no comparto); además de tocar el violín, el bouzuki, la guitarra acústica y varios tipos de flautas, coprotagonizó con Kate hilarantes diálogos que, junto con las recomendaciones culinarias de Andy ( champiñones al brandy, por ejemplo), convirtieron el concierto por momentos en un festival del humor. Me hizo mucha gracia la anécdota que contó acerca del regalo de cumpleaños que hizo a su hermana: una hermosa pieza que tocó a dúo con Andy, y que fue el regalo ideal como buen escocés que es, porque le salió gratis.

 

La propia Kate también tuvo momentos muy dicharacheros, como cuando preguntó cuál era el barrio más pijo de Bilbao (Neguriiiii, contestó uno), aunque puede que esto pasara en el concierto de Eleanor McEvoy ( ha pasado tanto tiempo…). Aparte de esto, demostró simpatía a raudales, en las explicaciones previas que daba antes de cada canción, queriendo expresar los sentimientos que le evocaban ciertos temas tradicionales del Folk inglés  (leyendas de marineros naufragados, de enamorados que se ahogaban por querer cruzar un río para visitar a su amada, y otros temas luctuosos que se los tomaba con gran socarronería), así como las vivencias que le habían llevado a componer sus propios temas. Otro aspecto gracioso de Kate es que, como agradecimiento a los aplausos del público, juntaba las palmas de sus manos y hacía un movimiento ondulante, como si fueran olas.

 

 En resumen , un concierto muy bonito y super-simpático, al igual que la propia Kate Rusby , a la que tuve oportunidad de saludar al acabar su actuación (la foto que me hice con ella la tengo puesta en mi ID del messenger).

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